El movimiento slow se generó en Italia en la década de 1980 en el ámbito de la gastronomía. Impulsado por el sociólogo Carlo Petrini, como una reivindicación del arte culinario local en contraposición con la cultura de la comida rápida, la idea fue pasando luego a la actividad turística.
Esta tendencia busca que las personas se alejen de la vida cotidiana acelerada -en especial- de los grandes centros urbanos, al tiempo que hace reflexionar sobre aquéllo que merece la pena ser vivido y que, por falta de tiempo en la vorágine de nuestras obligaciones, queda rezagado.
En cuanto al turismo, lo que se propugna es que las personas puedan olvidarse de lo rutinario, generando una verdadera conexión con el destino (comunidad, entorno, cultura, etc.).
Des-pa-ci-to… ¡Nunca mejor utilizado!
Referencia
MANCINI, J. (2015). Turismo slow, una nueva tendencia turística. Revista Turydes: Turismo y Desarrollo, 18. Recuperado de http://www.eumed.net/rev/turydes/18/turismo-slow.html.
Imagen de portada: Reserva Provincial La Payunia, Malargüe, Mendoza. Febrero de 2018. Material propio.
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